jueves, julio 20, 2006

RUTAS


UN PASEO POR LEIROSO
De tarde en tarde, cuando siento necesidad de escapar de esta "sociedad de las prisas y el objetivo"; me escapo camino de Leiroso.
Atravieso la enigmática Boca de Friera, y abandonando sus recovecos, me adentro por la carretera que va a Sobrado, poco a poco el paisaje me hace olvidar que a diario me esperan "torres de cemento" y "gente superficial"; sin duda las montañas empiezan a abrazarme, a mano izquierda queda la majestuosa Sierra de la Encina de la Lastra, con sus cuevas y secretos.
Me adentro más aun en la Pachamama (la Madre Naturaleza para las culturas andinas); voy buscando el Río Selmo, me proporciona paz a la vez que misterio, algunos dicen que contiene pepitas de oro en sus remansos.
Paro en Leiroso, miro las pizarras que brillan con un tibio sol. Allí puedo pasar horas sin más compañía que el canto de los pájaros y seguramente la mirada escondida de algún elfo o alguna preciosa hada.
Siguiendo camino hacia tierras lucenses, y ya en el límite de provincia, se encuentra un lugar mágico ?Fervenza dos Viviros?, podeis apreciarla en la fotografía, pero la misma se queda corta ante la majestuosidad de su visión en vivo.
Después de unos instantes puedo sentirme bien conmigo mismo.
Puedo preguntarme que nos pasa para no reaccionar ante tanta barbarie en este precioso planeta azul.
Pido un deseo.
Poder volver aquí en muchos años, poder volver a lugares similares.
Poder respirar oxígeno azul.
: Juan José González Martínez

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